Estás incluido en mi testamento

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Ayer me pasé el día acompañando al director comercial de una empresa que mola.

Todo el día juntos, sumergiéndome en las entrañas de la empresa, compartiendo vivencias,  entendiendo la manera en que dirige a sus equipos de comerciales, la forma de atender a los clientes y cosas de esas locas que hacen los directores comerciales.

Cosas que molan con gente que mola.

Todo bien.

Además tuve la suerte de conocer a una empresaria con la cabeza en su sitio. 

Al inicio de nuestra conversación dijo una frase refiriéndose a su mano derecha que me encantó:

Le he incluido en mi testamento”.

Tócate el clavel Maribel.

Estoy seguro que, además de incluirle en el testamento, también le está tratando muy bien ahora mismo.

Más le vale.

Gracias a él disfruta de más tiempo libre, pudo abrir un segundo negocio y, en definitiva, consigue más pan para su hija.

Si no cuidas a tu equipo la empresa se va a resentir.

Más antes que después.

Un buen equipo permite que la empresa funcione. 

Bien dirigido produce maravillas: buen ambiente, más ingresos, menos errores y, sobre todo, tiempo disponible para el gerente de la empresa.

Cuando el equipo está bien engrasado tienes la tranquilidad de no estar y saber que cuando vuelvas no te vas a echar las manos a la cabeza.

Disfrutas la paz de saber que los clientes están siendo bien atendidos porque todo el mundo tiene claro lo que hay que hacer. Y además, lo hacen. Y muy bien.

Quien lo probó lo sabe.

Quien no lo probó todavía, tiene miedo de ausentarse porque una hora fuera puede suponerle tres horas de trabajo después para arreglar estropicios.

Se encuentra con el sufrimiento de tener que dedicar su tiempo a perseguir a la gente para que cumpla sus funciones.

O lo que es peor, acabar haciendo el trabajo uno mismo porque cuesta menos que conseguir que los demás cumplan su parte.

Terror a escuchar los gritos de otro cliente porque no se ha cumplido con lo prometido.

La incertidumbre de salir a vender sin tener claro que lo que ofreces lo vas a poder entregar. A que te pintan la cara otra vez.

Eso no es un negocio, es un martirio.

Aunque no te lo quieras creer la inmensa mayoría de trabajadores quieren hacer bien su trabajo. Nadie es feliz siendo un chapuzas.

Si les contrataste algo verías en ellos.

Liarla, todos la liamos alguna vez.

Eso es inevitable.

Tampoco se puede negar que algunos siempre la lían mucho más que otros.

Aunque pongamos el máximo empeño siempre habrá imponderables que harán que algo se tuerza.

Quien diga lo contrario, o tiene poca experiencia o se quedó enganchado en un mal capítulo de la casa de la pradera.

Sin embargo, existen muchas herramientas para reducir errores en la empresa. Hasta para los sospechosos habituales.

 Aquí tienes un buen capazo:

PROGRAMA DE DESARROLLO EMPRESARIAL

PD: Quien lo probó lo sabe.

PPD: No es inmediato.

PPPD: Pero tiene efectos duraderos.

PPPPD: Si se solucionase con píldoras comercializaríamos las pastillas pero, por ahora, solo podemos ofrecer el sistema que hemos comprobado que mejor funciona: Acompañar al empresario para impulsar su negocio.

PPPPPD: Arriba.

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* He leído esa información tan interesante sobre qué vas a proteger mis datos con tu vida y la sangre de un unicornio y estoy lo bastante de acuerdo como para dejarte mi email. También tengo claro que si me aburres o me tocas las narices me doy de baja y no me darás la turra nunca más.