Ayer por las noche me llamaron por teléfono.
No es habitual que me entere de esas llamadas porque a las 20h el móvil acaba abandonado por ahí hasta el día siguiente.
Era Esther.
Estaba emocionada.
– ¡A Joaquín le acaban de dar la primera estrella Michelin!
Nos hemos enterado mientras cenábamos con la niña. Le tengo llorando y hablando por teléfono.
Solo ellos saben lo que han pasado para conseguirla.
Una montaña rusa.
Desde empezar como autónomo, ganar varios premios, tener contratados a 14 trabajadores y volver a quedarse regentando el local con la ayuda de un pinche.
El confinamiento, con el cierre de la hostelería, ha sido casi para darles la puntilla.
Tuvieron que adaptarse.
Estuvieron sirviendo a domicilio y entregaban cada día parte de los menús a un comedor social.
Persistían.
Cuando nos desconfinaron fue el primer sitio que visitamos Ana y yo.
Había que desempolvarse de tanta cena romántica en la cocina del hogar y Baeza & Rufete es uno de esos barquitos en alta mar donde uno se siente mejor que en casa.
Por eso me alegro tanto de que por fin tengan lo que se merecen tras tanto esfuerzo y persistencia.
Y ahí está el secreto.
Si lo que tienes sabes que es bueno.
Si tienes claro que hay un público que lo está deseando.
Persiste.
Persiste.
Persiste.
Todo llegará.
Sobre todo si tienes claro los pasos que tienes que dar.
Si no los tienes claro tendrás que experimentar.
Lo de la estrella Michelin es cuestión de altísima formación, trabajo continuado y ganas. Muchas ganas.
Yo solo me encargo de que sus impuestos se presenten en orden y a tiempo, en poco le he ayudado para conseguir la estrellita.
Lo que más he hecho ha sido disfrutar cuando he ido a visitarle y apoyarle cuando venían mal dadas.
Si buscas un apoyo para que tu empresa no se tambaleé si vienen mal dadas
PROGRAMA DE DESARROLLO EMPRESARIAL
PD: Enhorabuena de corazón. Que maravilla saber que mucha más gente va a saborear esas delicias que preparas.
PPD: Ahora me va a costar un congo reservar mesa. Me parece bien.