La primera vez que fui rico

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Lo vas a flipar.

Fue en un supermercado.

Cuando empecé a vivir con Ana ella se encargaba de la mayoría de los gastos. Usó sus ahorros para amueblar el piso. Pagaba el alquiler, se encargaba de la luz, del agua,..

A mi me daba para pagar la comida, la gasolina, alguna salida, el butano y poco más.

Era suficiente.

Siempre medía, siempre contaba. 

Jamás he vivido por encima de mis posibilidades. 

Si lo que ganaba eran 500 Euros al mes, después de impuestos y cuota de autónomos, eso es lo que tenía para vivir. 

Sabía que en el futuro llegaría más. Ya me encargaría yo de eso.

Bien.

Hubo un día en un supermercado que compré lo que quise sin mirar los precios.

Fue en ese preciso momento en el que me di cuenta que ya era rico.

No necesité otra señal.

Hay quien considera que ser rico en dinero es tener mucha pasta en el banco.

Ser rico no significa dejar de preocuparte por el dinero.

Ser rico significa que los gastos dejan de ser una preocupación para siempre.

Ojo, no es lo mismo.

Lo de vivir en las Bahamas bebiendo piña colada debe de ser para el 0,0000001% de la humanidad. 

Si te gusta el rollo de pasarte el día haciendo la fotosíntesis al sol debe estar muy bien.

A mi me gusta un ratito. 

Lo de la fotosíntesis. Lo de las Bahamas ni idea.

Lo que me va de verdad es hacer cosas que valgan la pena con mi vida.

Y con mi tiempo.

Cuidar a mi gente, aprender cosas nuevas, sentirme libre e independiente son cosas que valen la pena.

Ser el que más tiene no es ser rico si vives esclavizado.

Saber los gastos que vas a tener y de donde va a salir el dinero para cubrirlos de sobra es tranquilidad.

Y las buenas decisiones se toman estando tranquilo. No viviendo con la lengua fuera.

Otro día contaré cuando me sentí por primera vez rico en tiempo. 

Fue muchos años después.

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