Me estoy revolviendo en el sofá.
Y no me pasa una vez.
Me pasan dos.
tres.
Yo que sé cuantas veces al día.
La tele está encendida. Unos actores que no se imaginaban como iba a ser 2020 salen por la pantalla.
Los muy mamones se dan abrazos, se besan, se cogen, comparten alimentos.
Me pongo malo.
Me dan ganas de chillarles: Yeeeeeeeh!!! ¡¡¡¡¡Distancia de seguridad!!!!!
¿¿¿¿¿Qué hacéis, locos????
Poca explicación.
Mi vida social se ha reducido al zoom y mi familia prácticamente.
No veo a amigos y familiares desde ni me acuerdo.
Imparto las sesiones con mascarilla e hidrogel.
Atiendo a los pocos clientes que osan acercarse al despacho como un antidisturbios. Saludándonos cual monjes tibetanos.
Y esos inconscientes tras la pantalla saltándose todos los protocolos que nos han metido en los últimos meses hasta en el ADN.
Pues esa sensación de incomodidad pasa también nuestro programa.
Somos tan pesados…
Damos tanto la paliza…
Decimos cosas tan obvias y fáciles de implementar…
Que cuando vas a tratar de hacer una tarea que no te corresponde empieza a darte repelús. Te mareas, te pones malo. En algunos casos se han detectado síntomas de alergia.
Cuando empiezas a hacer SOLO lo que tienes que hacer, sin perder el tiempo con mil distracciones, empiezas a avanzar y a conseguir muchos más resultados.
No solo tú. También tú equipo.
Marcaje e insistencia.
Es una de las consecuencias naturales de entrar en el
PROGRAMA DE DESARROLLO EMPRESARIAL
PD: Acostumbrarte a no hacer lo que no tienes que hacer es una pasada. Muchos clientes descubren que tienen más tiempo del que pensaban. Es lo que hay.