En 1999 un tipo flaco, descascarillado, sin pelos en la lengua y con bombín le puso el broche de oro a todo el periodo artístico del siglo XX.
Sabina escribió 19 días y 500 noches.
Reverencia y continúo.
Algo insuperable.
Las pasadas navidades me dediqué a poner en bucle la canción de Travis Birds y Benja Prado: 19 días y 500 noches después.
Otra reverencia.
Si aún no la has oído te adelanto que cuando el portazo suena como un signo de interrogación, la que sale por la puerta tiene muy claro por qué se va.
Hay dos puntos de vista, una cara y una cruz en toda relación.
Personal, profesional, lo que tú quieras.
Pero cuando te dejan como un perro de nadie ladrando a las puertas del cielo, por muy Dylan que suene, lo práctico es dejar de rascarte la garganta y ponerte a pensar qué tendrías que haber hecho para que no te vuelva a pasar.
Luego hacer los cambios que tengas que hacer para no ir en romería con la cofradía del santo reproche.
Hay actitudes que sirven para las canciones de desamor.
Hay actitudes que sirven para la empresa y la vida.
Si quieres recuperar el flechazo entre tu empresa y tu vida.
PD: Pasa por el enlace. No es muy artístico. Salen tipos feos mirando una pantalla y un hamster con un hocico muy mono. Eso sí, la letra es pegadiza.
PPD: Tatarearla puede que sea lo que te hace falta para controlar mejor tu empresa.