A veces busco cosas en Google.
Por curiosidad.
El otro día me dio por buscar “Ayuda PYME”
Vaya tela.
Lo primero que salía era una asesoría virtual que te hacía los impuestos desde 30 euros al mes.
Vale.
De esto hablo otro día.
Hay mercado para todos y hay quien quizás no necesite más.
A 30 Euros yo necesito unos 11 clientes solo para pagar mi cuota de autónomo. Menudo servicio se puede dar así.
Me voy al meollo.
El resto: subvenciones y préstamos.
¿Pues qué quieres David?
Que nos den dinero cuando hay un problema. Que papá Estado nos eche una mano para salir adelante.
Que ya se reparte mucho dinero para cosas menos importantes.
Bien.
Ayuda a la PYME: Endeudarse o mendigar.
Marca España mal.
Pues mira, yo opino de otra manera.
A mí lo de deber a alguien sin tener claro que podré devolverlo no me va mucho.
A mí lo de pedir a cambio de nada aún menos.
Un negocio se ha de mantener por sí mismo.
Y no está mal endeudarse para repartir riesgos, para estar saneado por si sale una oportunidad. Pero teniendo tú la sartén por el mango. No sometido, bajo la bota del banco, o a expensas de que se te pasen los plazos y cualquier Administración empiece a sacarte los ojos sin anestesia.
Controlando siempre la tesorería. Lo que se pide. Lo que se tiene que pagar.
Si tener una empresa es la excusa para pedir dinero en algo nos estamos equivocando.
Una empresa es para tener beneficios.
¿Y cómo llegan?
Teniendo un equipo que saca adelante el trabajo.
Saliendo a vender con una estrategia en condiciones.
Atrayendo buenos clientes.
Consiguiendo un margen razonable.
Controlando los números.
Teniendo claro lo que va a entrar y lo que va a salir.
Porque hay un plan. Y lo sigues.
Si lo tienes, enhorabuena.
Si lo quieres tener:
Mi empresa no va a depender de una subvención.
P.D: En el enlace tienes un buen camino.
