Si nos ponemos a mirar el vaso pasa lo siguiente:
El optimista va el vaso medio lleno.
El pesimista te va a decir que lo ve medio vacío.
El jefe de compras va a decir que tienes que usar un vaso más pequeño.
El abogado se va a asegurar que el vaso cumple los parámetros del concurso de mirar vasos (que ya se inventa de todo).
El asesor financiero te va a decir que, como no hagas algo, el contenido se va a evaporar.
El notario va a certificar que el vaso está ahí.
El químico te va a informar de la composición del contenido.
El auditor te dirá que el vaso es el doble de grande de lo que debería ser.
El inspector de hacienda te va a pedir parte del contenido del vaso y seguramente algo del cristal (y ojito con tener otro vaso sin declarar).
El controller te va a avisar de que estás desaprovechando medio vaso.
El vendedor es el que va a acabar de llenarte el vaso.
Todos te dirán cosas.
Y, desde su perspectiva, todos tienen razón.
Pero eres tú quien tienes que llenar tu vaso.
¿ De qué?
De lo que prefieras.
No de lo que te digan.
Si quieres que te echemos una mano para conseguirlo
PROGRAMA DE DESARROLLO EMPRESARIAL
PD: Me está entrando una sed…
PPD: Ningún vaso ha sido maltratado a lo largo de la escritura de este email.