No me vengas con tú tranquilo

por

Mira.

Hay cosas que son como son.

Que funcionan de una determinada manera.

Invariablemente.

La fuerza de la gravedad.

Que llueva nada más lavar el coche.

La sensación de no saber bien que hacer cuando te llevas a tu bebé recién nacido del hospital.

Que te digan “ Tú tranquilo ” cuando estas nervioso.

Todas tienen su explicación pero hoy vamos a por la última.

Cuando uno está nervioso que le digan que no se preocupe no sirve para nada.

No conozco ni un solo caso que haya funcionado.

Tú tranquilo.

– Ah, vale. Ya todo bien. Me acaban de bajar las pulsaciones y MR. Wonderful se ha apoderado de mi vida.

  Mira, un unicornio.

Bueno esas palabras mágicas si sirven para algo, para ponerte más nervioso aún.

Generalmente porque quien lo dice tampoco suele tener muy claro cuál es el siguiente paso.

Quiere consolar, lo cual está muy bien. Sin embargo, se esfuerza poco para ponerse en la piel del otro. Para encontrar una solución.

¿Qué se puede hacer para que quien está nervioso se quede tranquilo?

El caso es que la mayoría de las veces algo se puede hacer. O se podía haber hecho.

Para mi sin duda la mejor es tener un sistema. 

Un proceso que te diga por dónde tirar en caso de que surjan dificultades.

Para no ir improvisando por cada problema que se planta delante tuyo.

Algo a lo que acudir para no desviarse del rumbo de lo que quieres conseguir.

Para no ponerte nervioso cuando no viene bien dadas. 

Algo mucho más eficiente que una palmadita en la espalda y oir que todo va a salir bien por haber invocado a Manitú. 

Me encanta Nassim Nicholas Taleb cuando dice en su libro antifrágil que, siguiendo toda su experiencia anterior, el pavo no puede prever que en nochebuena vaya a acabar en el horno.

Hay que armarse contra las eventualidades, especialmente contra las que no vemos venir.

El tiempo en que vivimos es una buena prueba de ello.

¿Cómo estar preparado?

Pues mira,

Tenemos un PROGRAMA DE DESARROLLO EMPRESARIAL.

PD: Para no quedarte como el pavo el día de navidad.

PPD: Para no tener que aguantar más palmaditas de «no te preocupes» que no tengan un plan sólido detrás.

PPPD: Arriba. Ocúpate.

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* He leído esa información tan interesante sobre qué vas a proteger mis datos con tu vida y la sangre de un unicornio y estoy lo bastante de acuerdo como para dejarte mi email. También tengo claro que si me aburres o me tocas las narices me doy de baja y no me darás la turra nunca más.