Hay muchas formas de entender el mundo que nos rodea.
Conocemos lo que conocemos y, en función de nuestro punto de vista, nos movemos.
Cuando algo no funciona bien, otro punto de vista puede ayudar.
Cuando un empresario ha decidido apostar por mejorar su vida, nos contrata y empezamos las reuniones semanales.
A la reunión siempre llevamos cuadernos personalizados para los asistentes.
Están impresos a una cara.
La otra está en blanco para tomar notas.
La razón es muy sencilla.
Partimos de una formación común. Las bases, sea cual sea la empresa, son las mismas.
Hay cosas que permanecen en el tiempo:
El pensamiento humano.
Los números.
Los hábitos que hacen que una empresa vaya como un tiro mientras otras se revuelcan en el barro.
Pero hay que aplicar esas cosas como corresponde: En cada negocio. Con cada personalidad.
Por eso vamos a la empresa.
Por eso no vendemos formaciones enlatadas.
Porque cada empresa tiene su propio enemigo.
Hay que saber encontrarle, cogerle de la solapa, vaciarle los bolsillos y darle puerta para siempre.
Y estás a un formulario de distancia para partirle el alma:
PROGRAMA DE DESARROLLO EMPRESARIAL
PD: La solución puede ser la misma pero la forma de aplicarla seguro que no.
PPD: Lo que tiene de complejo el ser humano. Que no somos botijos.
