Una gominola predice tu futuro. Bueno, puede que dos.

por

Pues mira.

En los años sesenta unos psicólogos que disfrutaban torturando niños iniciaron un experimento en “el cuarto de las sorpresas” del Bing Nursery School de la Universidad de Stanford.

El experimento se llamaba el test de las golosinas.

Consistía en coger a un niño de cuatro o cinco años, dejarle solo en un cuarto y decirle que si aguantaba 20 minutos sin comerse la golosina, le darían dos.

HP

Por si no has tenido nunca un niño de cuatro años ya te adelanto que no tienen ni idea de lo que son 20 minutos.

Lo que tarda papa en bajar la basura sí, lo que tarda en ducharse también. 20 minutos ni puta idea.

Los torturadores psicólogos querían observar cuándo y cómo los preescolares eran capaces de controlarse para poder recibir dos golosinas antes que conformarse con una sola.

Este ejercicio duró varios años.

Imagínate a los psicólogos y estudiantes detrás del cristal descojonándose de los niños mientras éstos sudan y aguantan la tentación.

Viendo de todo.

Niños mordiéndose las uñas.

Tapándose los ojos.

Lanzando las gominolas  al suelo.

Cantando.

Hablando solos.

Jugando con sus manos.

Llorando.

Haciéndose los dormidos.

Insultando a la gominola.

Comiéndose la gominola a los dos segundos.

Hicieron un seguimiento de estos niños por unos años para ver cuál sería su trayectoria teniendo en cuenta el aguante de aquel día.

Resistirse al impulso supone controlar emociones y a uno mismo. El control te lleva a frenar movimiento.

Los que habían resistido la tentación eran socialmente más competentes, afrontaban mejor las frustraciones, que aguantaban mejor la presión, con mayor confianza en sí mismos y en los demás.

Hubo un tercio de los preescolares que dijeron que se tragaron la gominola. Estos se peleaban más, su frustración era mayor ante los problemas y les seguía costando retrasar la satisfacción inmediata por un futuro mejor.

¿Qué niño hubieses sido?

¿Cómo son los miembros de tu equipo?

Un test de la gominola no lo vas a hacer en una selección de personal.

Estamos entre adultos.

Pero sí hay maneras para que la gente que metes a tu empresa sea la más adecuada para el puesto que está ocupando.

No todos tenemos quien conseguimos resistir la tentación.

Hay puestos que deben estar cubiertos por gente que se come la gominola nada más darte la vuelta.

¿Quieres saber por qué?

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* He leído esa información tan interesante sobre qué vas a proteger mis datos con tu vida y la sangre de un unicornio y estoy lo bastante de acuerdo como para dejarte mi email. También tengo claro que si me aburres o me tocas las narices me doy de baja y no me darás la turra nunca más.